Por Óscar Dávila Jara (Moralito)
Apenas un instante
y el deseo nace.
La música se derrama
en torrente sobre mi cuerpo,
mi cuerpo que se sumerge en la luz
y gira, lentamente,
dejando un rastro
de colores en el viento.
Furtivo el salto
queda suspendido
preso en el aire
y tensos los músculos
beben el último aliento.