Por Óscar Dávila Jala (Moralito)
A Gabriela
La voz penetra
lacera
esculpe
senderos en tu bosque.
Se torna de gemido en grito
y estremece,
la piel de tu follaje
madriguera de placeres contenidos
Sigue el rastro de tus ojos claros
que destellan verdes clorofilas.
Incesante se repite en cada espora
en el vuelo de ardilla
manchando el aire.
Se deja atrapar por raíces
que abrazan
y asciende
la corteza enamorada
de tu seno.
Besa poros de liquen
acaricia musgos
sangra en las fauces
de un deseo felino
agazapado
en las ramas de tus brazos.
Deletrea palabras, inocula versos
irriga savia en tus fibras celulosa
y va tejiendo poemas
de hojas
que caen al suelo.
La voz implora
suplica
ruega
se arrastra caracola
sembrando hilos de nostalgia
busca un rayo de luz que la hiera
que rompa su capullo en mariposa
que transmute lágrimas de nimbos
en sierpe cristalina
sobre el cauce de tus ríos.
Es camaleón y anhelo
mimetizado al color de tus desvelos
crepúsculo sonrojado
de trazos perdidos
manchando el cielo anochecido
Se entierra artrópoda
en fragmentos de tus sueños
de sabinos milenarios
… la voz germina
se vuelve bosque