El sueño del puñal

Por Carlos Pinto Nuñez

Hay muchas formas de morir, Nazario lo hacía en silencio, sin quejarse; oyó campanadas muy lejos, aunque estaba tendido en el atrio de la iglesia, justo debajo del naranjo, oliendo el azahar y su sangre. Volvió a oír el tañir más lejano y entendió que se despedía de la vida. Sintió una punzada en la espalda; la herida se enfriaba y el puñal seguía clavado en la carne cortada; lleno de sangre, tranquilo, cumpliendo su objetivo infame, o tal vez infame, porque al fin y al cabo ese es el destino de los puñales y tarde o temprano lo cumplen y no pocos lo repiten. Los puñales son inmortales y algo irremediable, algunos son cobardes, ¿ o los hombres son los cobardes? Se  sueñan de rojo y el sueño lo recogen de los hombres, y estos sueñan sangre y otras cosas, pero los puñales sólo sueñan rojo porque los hombres cuando los sueñan, los sueñan ensangrentados. Nazario nunca soñó puñales, él soñaba su tierra y su mujer, por eso, para el que tenía clavado en la espalda, fue sencillo cumplir su destino y para el hombre, realizar su cobardía. Sigue leyendo

La construcción del futuro

Por Óscar Dávila Jara (Moralito)

Cuando por el acercamiento del sol, se incrementó la temperatura de la tierra y se inició el deshielo de los polos, los hombres de ciencia de todo el mundo se reunieron a estudiar las posibilidades de supervivencia de la humanidad. Las bases del estudio consideraban preservar la vida humana en ciudades acuáticas y con filtros solares artificiales. A partir de esto, se inició la gran cruzada de construir ciudades y espacios de desarrollo que permitieran mantener la vida de hombres, animales y plantas. Sigue leyendo

Los sueños

Por Óscar Dávila Jara (Moralito)

Porfirio salió de la cantina y se fue caminando por el callejón, sintiendo que el brillo de las estrellas le acariciaba la espalda. Llegó a la esquina del mesón y se sentó en la piedra enterrada, sacó un cigarro y se lo puso en la boca, y así permaneció, respirando el aire fresco de la noche, con olor a corrales y jaras del río. Las campanadas del templo dieron las dos de la mañana y encendió el cigarro, aspiró tragando el humo y soltándolo despacio, tratando de adivinarlo en la obscuridad. Horas antes en la cantina, había estado observando a Mateo Santos, viéndolo vivir uno de sus sueños. Porfirio siempre envidió a Mateo Santos, más que a Mateo a sus sueños, pues era bien sabido que soñaba todo lo que quería. Sigue leyendo

La condolencias

Por Óscar Dávila Jara ( Moralito)

Samuel Reyna no podía olvidar el olor de esa mujer que había tomado tres días antes, a un lado del arroyo por el rumbo de la jarillera. Aún no se le borraba la marca que ella le había hecho en la oreja, todavía le dolía y él lo disfrutaba. Samuel pensaba que la resistencia de la hembra se debía a que tenía otro hombre, pero que si la mujer fuera sola, las cosas serían de otro modo. Sigue leyendo

La otra historia

Por Óscar Dávila Jara (Moralito)

“La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todos, porque sustancialmente era cierta. Verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero el pudor, verdadero el odio. Verdadero también era el ultraje que había padecido; sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios” Jorge Luis Borges

El argentino, sentado en un bar de Nordstajarnan vio entrar a la mujer, tendría aproximadamente diecinueve años. Ella recorrió con la mirada a los parroquianos y se dirigió a él. Él la condujo a una puerta y después a un pasillo y después a una puerta que se cerró. Ahí ella se entregó y él se entregó a sus intenciones, trato de pensar en las complicaciones del caso pero el embrujo de la historia le borró los pensamientos. Salieron y se dirigieron hacia la fabrica donde ella trabajaba. La mujer entró, arriba en la ventana del primer piso, observando la esperaba el dueño, Arón Lowenthal. Cruzó el patio y cuando quedó fuera de la vista de Lowenthal, arrojó un bulto hacia el perro que se encontraba amarrado y ladrando. El argentino esperó unos minutos y después cautelosamente se introdujo en la fabrica, vio como el perro se restregaba el hocico con las patas sin poder ladrar. Subió en silencio las escaleras y pudo ver que la mujer se despojaba de la ropa para distraer a Lowenthal, se acercó al escritorio y tomó la pistola que se encontraba en el cajón, tal como ella se lo había dicho. Disparó tres veces. Mientras veía como la sangre iba tiñendo el piso oyó a la mujer hablando por teléfono — Ha ocurrido una cosa que es increíble … — fue lo último que el argentino escuchó, en ese momento salió de la fabrica y desapareció. Años más tarde se conocería la otra historia de Ema Zunz.

Bienvenido

Por Óscar Dávila Jara (Moralito)

A las tres y media de la tarde, las bocinas del Cine Colonial abren el silencio poniendo fin a la sobremesa y a la siesta de mediodía tocando festivamente la Marcha de Zacatecas. Se anuncia la función doble con excepcional programa de cine mexicano y después inicia el concierto del pueblo con “Me caí de la nube en que andaba…” y se siguen sucesivamente “El rey”, “Valentín de la Sierra”, “Albur de amor” y una serie de melodías del género ranchero y norteño. A las cuatro de la tarde, nuevamente con la Marcha de Zacatecas empieza la función vespertina que termina a las siete de la noche y de nueva cuenta empieza el desfile musical para la función de las ocho. Así repetidamente todos los domingos, martes, jueves viernes y sábados de cada semana, durante los cuales se incorporan los nuevos éxitos del momento al acervo musical de Colotlán. Por las mañanas, los amigos, los que ya usan botas y sombrero invitan a escuchar “El nuevo cariñito”, “La loba catrina”  o “El cerillaso” esta última de los Tremendos Gavilanes Juan y Salomón. Sigue leyendo

Por qué Moralito…

«La gota fría» es un vallenato compuesto por Emiliano Zuleta Baquero en 1938 tras una controversia con el músico Lorenzo Morales.

De ahí el seudónimo de Moralito, «que cultura va a tener, un indio chumeca…»

a continuación unos versos:
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Acordate Moralito de aquel día
Que estuviste en Urumita
Y no quisiste hacer parranda
Te fuiste de mañanita
Sería de la misma rabia…

…Para tocar con Lorenzo, mañana sábado, da e’ la Virgen
Me lleva el o me lo llevo yo
Pa’ que se acabe la vaina…

…Qué cultura, qué cultura va a tener
Un indio chumeca
Como Lorenzo Morales
Que cultura va a tener si nació en los cardonales…